Como experiencia personal siempre que un paciente acude a la consulta le pregunto: “cuál es el motivo de su visita?” o “qué dificultad presenta en su visión?”; a lo cual la mayoría de pacientes responden “no veo de lejos, creo que tengo miopía” o pacientes que acuden a chequeo visual de rutina y ya utilizan lentes suelen decir “estos lentes me ayudan a ver de lejos, supongo que tengo miopía”.
Entrando en contexto, muchas personas saben o han leído algo sobre la miopía, quizás en internet, por amigos o por familiares y saben que la miopía es la dificultad para ver de lejos, pero existen otros vicios de refracción o problemas visuales los cuales también provocan dificultad para ver de lejos, como por ejemplo: El astigmatismo y las hipermetropías altas.
Por ahora solo haré una comparativa entre miopía y astigmatismo evitando tecnicismos y así exista una mejor comprensión por parte de los pacientes o usuarios de lentes con corrección.
La miopía es efectivamente la dificultad para ver de lejos, el paciente sólo dirá “no veo, todo está borroso”; lo distintivo es que el paciente con miopía, para “intentar” mejorar la visión de lejos, entrecierra los párpados logrando en algo aclarar lo que desea ver a la distancia.
El astigmatismo también produce la dificultad para ver de lejos, pero a diferencia de la miopía lo que se reconoce como un distintivo del astigmatismo es que el paciente asegura “reconocer” ciertas letras de lejos pero con distorsión (en algunas ocasiones acompañado de dolor de cabeza) y ya en el momento del examen visual el optometrista se da cuenta que el paciente con astigmatismo confunde ciertas letras o números que tienden a cerrarse, por ejemplo: la “C” es confundida con “O”, la “F” es confundida con “P” y la “S” les parece un “8”; estos son los ejemplos más comunes.
Entonces nuestra labor como profesionales de la salud visual es indicarle al paciente su diagnóstico real y recomendarle la prescripción para sus lentes con la protección ideal según el estilo de vida del paciente, evitando los tecnicismos para que el paciente conozca y tenga claro qué problema visual tiene.
Jerson García Riera
Optómetra