El covid-19, una enfermedad que llegó al mundo a cambiar vidas, que provocó la pérdida de seres queridos y generó mucho malestar psicológico, principalmente basado en una emoción: el miedo. Al inicio, las medidas drásticas de aislamiento dentro del hogar provocaron que muchas familias cambien sus ritmos de vida, se perdieran trabajos y a la vez, que muchos de ellos se enfermen. De la noche a la mañana, nuestras vidas se vieron sumergidas en miedos, tristezas, rechazo, vigilancia y muchas otras emociones que vivíamos al mismo tiempo. Es así que, nuestras mentes y sentimientos mantenían una carga muy pesada que, como resultado, provocó que detonen nuevas complicaciones en nuestra salud mental, generando a muchas personas la ansiedad.
María de 31 años era una esposa, madre y trabajadora. Durante el día pasaba ocupada, tenía todo organizado para cumplir con sus actividades, a las cuales les gustaba ser muy responsable. Desde niña, María soñaba con una familia y éxito en su vida laboral, al parecer tenía lo que una vez imaginó. Hasta que en marzo de 2020, al inicio de la pandemia, comenzaron a cambiar varias cosas en su vida. Sus hijos y ella se quedaban en casa, manteniendo una rutina a la que no estaban acostumbrados los hijos. Su esposo, por otro lado, continuó trabajando de forma habitual, buscó formas de adaptarse para pasar tiempo en casa y cumplir con su trabajo, sin embargo, las cosas no eran iguales. A la ahora de ir a dormir, María siempre daba vueltas en la cama, y, aunque tratara de conciliar el sueño, las preocupaciones siempre le llegaban en ese horario.
Cambiaron muchas otras cosas en su vida. Comenzó a tener crisis cada vez que le tocaba salir de casa para hacer las compras en el supermercado, sentía que su corazón latía fuerte, le faltaba el aire, veía como sus manos tiemblan y particularmente su piel se ponía muy pálida. Cada ocasión que tenía que salir volvía a experimentar las mismas sensaciones, hasta que un día decido quedarse mejor en casa y evitar sentir todo ese malestar.
Este es el comienzo de una enfermedad llamada ansiedad, la cual afecta significativamente la vida cotidiana de las personas. La ansiedad es producto de una reacción emocional que aparece siempre que nos alteramos o sentimos que estamos en peligro, el cual muchas veces no es real, sino psicológico. La ansiedad se ve alimentada por la incertidumbre de lo que sucederá, el miedo de que algo malo pase y activa el estrés, el cual cuando se prolonga por mucho tiempo, se vuelve crónico y pasa factura a nuestro cuerpo.
Todos hemos experimentado ansiedad en algún momento de nuestras vidas. De hecho, a veces nos ha ayudado a enfrentar problemas de manera afectiva, no obstante, cuando esta es habitual y no es un recurso que usamos a nuestro favor, debilita no solo nuestras emociones y pensamientos sino también nuestra vida en general. María, luego de padecer este tipo de emociones, le costó mucho volver a concentrarse en su trabajo, a iniciar una rutina de ejercicios saludables y estar presente en su vida.
Normalmente, cuando tenemos ansiedad crónica, esta se encarga de que nos desconectemos de lo que vivimos día a día. Provoca que nuestros pensamientos, en la mayoría de los casos, se vuelvan hacia un futuro poco esperanzador; un futuro lleno de peligros, angustias y preocupaciones, llegamos a sentir que lo que está por venir es negativo. De este modo, todos los placeres y satisfacciones de antes ya no nos llenan.
Otra consecuencia común que provoca sufrir de ansiedad es llenarnos de cosas de afuera, como con la comida, ya que el apetito puede llegar a aumentar drásticamente para llenar el vacío, el miedo y la incertidumbre. En cambio, otras personas no pueden parar de hacer cosas y pasan tan agitados, que al final del día no aguantan el agotamiento, no solo mental sino también físico.
Es así como María, en su búsqueda de aliviar la ansiedad, decidió hacer algo por ella y buscó ayuda. Al inicio no veía mejora, pero a medida que descubrió el origen de sus miedos, observar sus pensamientos y conocer las reacciones de su cuerpo, aprendió a descubrir herramientas para enfrentar la vida de un modo más saludable y volver a sentir el bienestar que algún día perdió.
Como profesional de la salud y en la práctica diaria, la ansiedad es una de las causas más comunes por la que las personas y las familias se ven afectadas, es por ello que es importante algunos tips para trabajar nuestra área personal:
- En primer lugar, debemos ser observadores de nuestros pensamientos. Todos tenemos una voz interior que nos acompaña, la cual muchas veces tiende a ser negativa que nos dice suposiciones que en muchas ocasiones, no son reales. Así que, cuando estés repensando, debes preguntarte: ¿Qué es lo peor que puede pasarme? y ¿Cuál es la posibilidad real de que esto suceda
- Utiliza algunas técnicas de relajación que permitan conectarte con tu cuerpo, sentir tu respiración y valorar la vida en el presente. Una opción efectiva es meditar, ya que por medio de estas respiraciones profundas puedes sentir tu respiración y prestarle mayor atención al presente.
- Busca ayuda profesional, la cual te dará las herramientas psicológicas necesarias para enfrentar la ansiedad de una forma saludable.